domingo, 15 de septiembre de 2013

El albúm de mamá...




Se me ocurrió mirar las fotos más pequeñas del álbum más antiguo de mamá. Por alguna razón me llamaban esos bordes contorneados que hacían de paspartú enmarcando las fotos. Poco a poco saltaron a mis ojos los niños retratados en ese blanco y negro que ahora ya mudaba su color, a un translúcido raro de los años dormidos.

 Recordé tantas cosas en esta tarde de otoño, que al despegar mis manos de las solapas enteladas del álbum, sabía que lloraba porque había un vacío, de todos los que fuimos escogidos para ilustrar los ratos de unas vidas, sobre ese papel luminoso y satinado.

Vi la luz que jugaba en la abiertas manos de Sofía, pintando en la pared sus animales al amparo de la lámpara que el ama sostenía. El veloz caballero D. Manuel con su espada y su cota que despertaba a la eterna princesa con su beso y rendía su sombrero de plumas a sus pies. Candela, la distraída muñeca de papá que miraba sentada en el regazo de la abuela y que se revolvía como loca cuando algo le gustaba aplaudiendo con sus gordas manitas. La morenita Lola, que usaba las piezas de construir castillos para hacer parques y jardines de flores, como los del Retiro y nos hacía oler sus arcos, para notar el aroma de  las rosas rojas que veíamos tantas veces.

El antifaz que un día trajo el abuelo a casa, se ha quedado en los ojos al lado de una sonrisa abierta, complice y feliz de poseerlo del bravo D. Manuel... ¡ un regalo precioso que cuidó siempre con esmero su dueño ! Usaba sus pistolas como cualquier valiente del Oeste y arreaba a un ganado imaginario por los pasillos de la casa, con su antifaz calado, hasta que era mamá quien lo paraba en esas correrías.

Por dos veces me recorrí las fotos como si así, pudiera regresar un momento a esos días donde sólo viviamos, sin saber que todo se quedaría impreso en mil fotografías. Sí que me acuerdo, sin que tenga que ayudarme de ninguna imagen, de mi madre jugando con nosotros, o de las cartas que papá nos dejaba en rincones de la casa, para que al encontrarlas supiéramos que estaba viviendo a nuestro lado, sin quitar los secretos de sus niños, pero sabiendo de ellos.
Sus niños que ahora lo vemos todo desde lejos y sin embargo, todo tan dulce como antaño. Y he pensado después de repasarlo, que si tengo que ser niño en otra vida...quiero volver a ser de ellos.   

sábado, 7 de septiembre de 2013

Mi loco Mencey...





Sábado y ya tantos años en un lazo que no deseo que acabe, porque su vida y la mía supieron encontrarse a través de las luces de una luna que nos miraba a los dos, midiendo nuestras noches y nuestros días.

Sábado de ojos que a pesar de que no me ven ahora, conocen todos los rincones de mi vida, alma y cuerpo, porque somos un sólo fuego que se rinde ante los ojos de miles de deseos.

Sábado que sabe a un salitre atlántico y guanche, donde me refugio del dolor y del miedo, cuando me acechan...y él me presta sus brazos y sus besos, hasta que llega esa serenidad que me transmite cuando vivo de él.

Y hoy, otro sábado más para vestir de seda los minutos que nos quedan. Una noche de esperas y perdiciones, entre las velas encendidas de su cumpleaños.
Mi loco Mencey, desde esta playa blanca que conoces, deseo que los años sean enteros de los dos y para los dos... ¡siempre!.

lunes, 2 de septiembre de 2013

La vida que nos mima...




Tan cercana la vida que se posó en el cielo, cargando las nubes de
sueños compartidos. Unos pasos pequeños descendían deprisa por
unas escaleras lluviosas, hasta rozar los labios que se sabían rotos
y arreglaba suspiros vistiéndolos de perfectos reflejos de un sol
ya casi abandonado.
En nada los días volverán a ser cortos y la vida no tendrá más
remedio que ser alma dual, para poder estar en los inicios de las
noches que ya se van intuyendo en este fin de Agosto.
¡ Ah la vida, qué regalo ! Avanza sabiendo que nos tiene en su
regazo, como niños. Nos mima, nos acuna, se ríe o se lamenta con
nosotros...
Nos escribe trocitos de algún día perdido o nos muestra en los
sueños caminos, que puedan ser el que nos guíe al final del
sendero. Un boato colmado de esa exigencia dulce donde nos
encontramos en cada amanecer.
Y puede ser, que sabiendo que siempre sus manos están prestas a
nuestros desencantos, cuando nos llega un aire desabrido o una
nostalgia loca, pidamos sus abrazos y volver al refugio de su alma,
la que siempre nos cuida por mal que nos sintamos.
¡ El cuento de la vida !... donde todo dragón se enfrenta al paladín
que rescata princesas y todo príncipe se convierte en azul para
ejercer de tal, a pesar de sus miedos.
¡ Qué regalo la vida ! El cielo sigue ahí, visitando los pasos de cada
peregrino de mil sueños que insisten en mantenerse intactos,
colgados de cada corazón, que nos hace saber... lo bello que es
vivir.


( El domingo día 1 de septiembre, estuvimos celebrando el 2º aniversario de El Rincón del Poeta. Recitamos, cantamos , nos reimos y al final nos despedimos con la canción central de la película " LO bello que es vivir". Un lujo de domingo paara comenzar septiembre y seguir siendo poetas en ese trocito de calle donde nació Arniches... A todos, gracias por compartir esos  momentos. )