viernes, 24 de mayo de 2013

Libertad...



La libertad es el beso impugnado, la luna alrededor del cuello sujetando los días, la soledad que brota de las manos a recibir la luz que hace de guía para todas las noches donde vivo dormida.




La libertad es saber que aunque no voy a volver, siempre estaré aquí, entre todas estas líneas que abren  mis caminos y cierran las puertas obsoletas e indebidas.

La libertad soy yo si me miro hacia dentro y me recuerdo viva. Un suspiro por cada paso dado en un obligado cumplimineto, hasta alcanzar las metas perseguidas.
Una voz que llama desde lejos a todos mis ruidos olvidados, a todos mis silencios, a todas mis locuras y a todas mis heridas.

La libertad es sólo un momento, un pequeño momento, donde yo ya no existo y dejo de ser mía, para ser una nada y así poder ser libre del olvido, que olvidó que era yo quien existía en el cuerpo desnudo que supiraba a través de mis miradas.

La libertad es lo absurdo de cada día estrecho que se sienta a mi lado, esperando que salve mis batallas en ese inhospito silencio de cada noche donde respiro sueños que se abracen dispuestos a sentir mis medidas en cada paso largo y en cada corta  pauta de cada nuevo día.

La libertad es ese intento de saber que soy yo, a pesar de mis malos y de mis buenos días y que nunca me miento, aunque no encuentre la salida.

1 comentario:

  1. Me encanta esa libertad, y ese último párrafo, me deja sin palabras.
    Te felicito, Guaci.
    Un fuerte abrazo.

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