jueves, 25 de octubre de 2012

Pañuelos bordados ...



La extraña felicidad no se deja acercar, por más que se expandan las aletas del alma.
Esas que saben respirar aunque no tengan espacio abierto.



Y desnudan las gotas del agua resbalosa que moja los suspiros y alguna de las pálidas sonrisas.
Unas sonrisas que antes fueron sueños de horrores y ahora se han convertido en un diálogo plácido y ductil , que acaricia pañuelos en el aire, bañados en mil lágrimas. 

¡ Ser feliz !...no concide con lo que siento.
Necesito un baño de ese mar que sabe de mis penas y nota mis ausencias de sus aguas.
Necesito mojarme del sabor tan salado que me irrita la piel, para poder detener las rayas del pasado que se han quedado escritas en mi espalda.
Cada resto de ola se enlaza con mi cuerpo en un lento abandono, tranquilo, protegiendo los lazos de mi aire, el que conoce mis secretos.
He depositado mi locura en pensar que puedo ser feliz, en algún tiempo.
Trabajo en mis ideas, con notas de un piano dormido en una iglesia, que sueña en acercarse a las almas que de noche respiran.
No hay una identidad para los pasos que esperan, ni tampoco escondites para rozar los rezos que se abrazan entre lineas perdidas.
La extraña felicidad, da vueltas, se mueve con premura y tengo que parar la dañina figura que se agita y vive en pequeños pañuelos, bordados con ternura, que lindan con mis súplicas.    

jueves, 18 de octubre de 2012

La herida ...




En la herida no existe casi nada, es sólo un apartado de una luz que fue y ahora se ha mudado.

Deja una cicatriz, que abraza algún olvido donde se aposentaban los días de silencio y los días de ruidos.

Brota sangre vencida y se estallan lamentos en cada linea abierta que dibuja sus bordes.

Es tan frágil la herida, tan frágil, que si apoyas un beso inicia su partida hacia otro lugar donde pararse, para  no ser vencida por el dolor que emana de un amor de mentira.

No sostiene perdones al alba, ni cuando ya el ocaso, atraviesa paredes con un caminar lento que se atreve a dudar, de su rasgado trazo.

En la herida, vive un lamento absurdo que sirve de refugio a miles de partidas.

Es sencilla y a la vez te conquista por el dulce sabor que la acompaña, vistiéndola de seda en cada esquina de su inquieta aventura de curarse y recaer de nuevo si la miran.
En la herida hay dolores y sonrisas, según como la trates, según como la evites, según como la uses, según como la inflijas...     

viernes, 12 de octubre de 2012

" Tan rarita..."






Que nunca sé bien quien soy porque ando desdoblada, porque me gusta la nada para poder encontrarme, que aún sabiendo que me estallo contra paredes y muros, sigo pasando fronteras siempre que salgo a las calles donde vivo desnudada del cuerpo que me persigue y que escucha mis silencios y mis gritos más profundos, los que el alma calla y sabe.

Soy como la más triste historia del más triste territorio qué se ha colado en mis letras, sin invitación de nadie...
Puede, no sé, igual si algún día me veo, puede, quizá, tal vez si encuentro mis pasos y regreso por mis fueros, puede...

No sostengo disciplinas ni me tapo con caretas.
Soy quizá " tan rarita", como me quisieron otros, que no supieron mirarme hasta el fondo de los ojos, único lugar que habito cuando vivo sola yo y las palabras que escojo.
Soy asunto de demonios debutantes entre chasquidos del alma o puede que de bendiciones que atraviesan falsas aguas, para llegar al destino de unas perdidas lágrimas.

Puede... tal vez si me recorro los sueños y me paseo las noches  al borde de las  migrañas, se me pare el corazón entre unas manos de un loco, que sepa decir quien soy pues me ha mirado los ojos, a traves de una razón que siempre miro hacia nada, para no tener que huir de tanta tonta mirada.

No soy yo, si me obligo a ser un alguien, igual que algún otro alguien, que se parece a otro alguien... y ninguno mira a nadie y ninguno dice nada.

Si soy, es que sigo viva, arrastrando mis cadenas y mis palabras vencidas.
Las que sostienen mis pasos, mis locuras y mis días.  

martes, 9 de octubre de 2012

El tiempo con los años ...







He respirado el aire
que amanece
tranquilo, sosegado,
con un deje de frío
entre los hombros
y un suspiro alargado,
al rozarme la boca
la luz traspapelada,
que brinca en los tejados.

Otro gasto de amor
junto a la almohada,
donde duermen aún
las sienes blanquecinas
del valiente y cobarde,
que siempre me acompaña.

Después de luces pérfidas
y vanas,
intentando anular
amor de amores,
llegaron esponsales
de amores más tardíos
que supieron vencer
noches sin calma
de maduros inquietos
que al unirse, ganaron
al juego que venía.

Y nos bendijo entonces
la luna plateada.
Y respiramos aire de triángulos,
de pétalos de isátides,
de mares escogidos
para dormir los sueños,
en olas muy salvajes
acunando sabor de madrugadas.

Ahora, nos ha vencido
el tiempo con los años.
Pero estamos aquí,
invadiendo la almohada
de canas atrevidas,
que abrazan cuerpo a cuerpo
miles de arrugas bellas
que nos pintan,
del color de hojarasca
vencida,
mezclado con aromas radiantes
de canela, melisa y mejorana.

Los surcos de la vida
dibujada en la piel.
Una piel recorrida, amada,
vestida de ternura
y de silencios
en cada anochecida.
Piel de dos, para dos,
con cada amanecer...
¡ y en todas las caídas !.

Me levanta su voz,
si el duelo me reclama,
y a él, la voz tan mía,
le atempera su alma
todavía.

De mi norte a su sur,
de su oeste a mi este,
mirando hacia ese mar
que aún nos sotiene juntos,
seguimos viendo el sol
cuando aparece,
desde la misma almohada
donde despacio duermen
nuestros años pasados,
nuestras sonrisas tenues,
nuestras bocas cerradas
que se dicen " te quiero "
cuando dejan el día.

Y abrazamos los cuerpos
y dormimos el alma
y respiramos juntos
el viento de este otoño,
que amanece deprisa
para vivir despacio cada día,
y morir lentamente
besándonos las noches,
como una despedida.

Tiene prisa el otoño
de bendecir,
casi 20 mil pasos
escuchados,
mirándose ahora mismo
en las estrellas,
que ocuparon antaño
nuestros días.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Justicia rebelde ...



Ahora te echo de menos,
"rebellis iustitia".
Desde que ya no estás
me está doliendo el silencio.

Burbujas que se pasean
con un sentido secreto
y en el alma algún supiro,
para no olvidar el tiempo.

Ayer fuimos humo de llamas
y de lucha en desespero,
hoy quisiera ver mis pasos
con el calor que merezco
y no el dolor de las muertes
que hacen que duela el silencio.

Viven las nubes despacio
paseando disparates
haciéndonos creer un cuento.
Un cuento, tras otro cuento
para doblarnos el cuerpo,
las verdades que aún nos queden
y los pasos trapecistas
de años equivocados
que nos dejaron el miedo.

¿ Dónde tengo que asentarme
en este dibujo lento
por el que pasa esta vida,
que parece que no acaba
si no acabas como muerto ?

Es un punto la salida.
Lejos, lejos...aún demasiado lejos.
Me vivo en un claro intento
de ser digna de mi mundo,
y dejar un mundo digno
al que tenga que vivir
despues que huya mi cuerpo.

Pero me asaltan las dudas
de todo lo que estoy haciendo.
¿ Será bien si clamo al cielo?
¿ Y si atesoro lamentos
para romperlos deprisa
delante de mil espejos
y que inunden las aldeas,
las ciudades y los pueblos ?

¡ Tantas veces no lo entiendo !
Cuando me falten las fuerzas
y mi voz se caiga al suelo
y casi en susurros delate
al que avasalla miradas,
al impostor que atenaza
la voz que grita del pueblo,
creo que habrá alguna luna
que haga surcar el camino
reflejando algún momento
que deba quedarse quieto
por un instante tan sólo...
y luego volver despacio
a las manos que se agitan
buscando un camino justo,
y saber que la justicia
existe si la queremos.

Duele el silencio maldito
de esas bocas callladas,
que no levantan sus manos
para escribir en el suelo
que hace falta un hombre justo,
coherente en sus ideas,
de trato amable y sincero
para guiar los caminos
del que aún quede viviendo
en este mundo de tierra
que pisamos sin saberlo.

Duele el silencio si calla
y va  matando recuerdos
de algunos tiempos precisos,
donde la lucha ganaba
a la desidia del pueblo.