lunes, 30 de abril de 2012

¿ Cuál felicidad ?




No hay felicidad sino mentiras,
que hacen que creamos ser felices.
Y todo lo aceptamos
con tal de que ese sueño sea cierto.

Huimos de recuerdos del pasado,
que nos hicieron daño.
Miramos hacia alante
viviendo sin vivir,
en cuentos que no llegan.

Reunimos la fuerza
para escribirnos prestos
en alguna memoria,
y después de algún tiempo
casi sin darnos cuenta,
todo queda olvidado.

No hay felicidad sino mentiras.
Las que nos cuentan otros,
las que también
nosotros nos contamos,
y las que nos esperan
al volver las esquinas
de esta vida que espera,
que creamos en ella
para no derrumbarnos.

No hay felicidad sino ratos,
donde con pasos débiles
con ella tropezamos.







viernes, 6 de abril de 2012

No me soy yo ...




Ansiosa, voraz
mi alma entera
me castigó el miedo
con locura,
y me apartó el sabor
de labios dulces
para darme
sonrisas de amargura.

Ya pálida la luz
tras paso oscurecido
después de noche oscura,
me vine a despertar
sin ser yo misma
¡ qué osadía de voz
se me caía!
¡qué atrevimiento
exhibía en mis ojos!
¡qué poca lucidez
qué a pesar mía,
quería en el espejo reflejarme!

El espejo que otrora,
con sus ojos miraba
los infelices labios
de la mi misma vida.

Pálida aún me sentí errante,
y errada en mi armonía.

No soy feliz
sin manos  y sin guantes.
No “ me soy yo”
cuando no siento nada.

Y vine a descubrirme
en puro desespero,
pues me necesitaba
en reflejos de lunas descendidas
que van deprisa
soñando alborotadas.


Sosteniendo la voz
que aún me recibía,
me caminé senderos nuevamente.

Bajé y subí
desde el cielo al infierno
pidiendo sinfonías de caricias,
estudiados duetos charlatanes,
que tuvieran poder
de apoderarse,
de abrazos de sustento,
que robasen minutos de mis días.

Pero  no me encontré
ni en pasos, ni en luces,
ni en voces desatadas.
Ni aún en aquellas
que aún me requerían,
sino en besos perdidos
que dejaron palabras
rozando la agonía.

Afán inútil
de corazón adentro.
Inútil, la razón
que ya perdía.

Mi alma entera, entera
¡supo qué me moría
en aquella locura de amargura!

No “me soy yo”
cuando no siento nada.
¡ y no puedo sentir
si me siento vacía !
Vacía ... y sin palabras.