domingo, 30 de octubre de 2011

Cartas de amor





Sólo con vernos, sentimos la lujuria
buscándonos los ojos y las manos.

Se palpitó el silencio y la locura.
Errabunda la voz,
presto el deseo,

me dejé resbalar por tu cintura.


Los brazos como aspas de molino

recorriendo la piel clara de luna,
hasta encontrar abiertos sus destinos
tocando la amargura con los dedos,
y regresar vestidos de ternura,
mientras los ojos van al viento susurrante
con miradas ausentes y lamentos .

Y te digo que no ... ¡ pero te miento !
¡ Miente tú ahora ! ... que estoy entre tus labios.

Y otra vez se desata el remolino
de deseos de amor desenfrenado.

Dame un tiempo ... ¡ un poco más de tiempo
que pueda respirar este pecado !

No siento el aire
que noto que me agita,
y me sostiene
la desnudez abierta de los senos.

Caballitos de mar
ahora desbocados,
atrapados en dunas
de desiertos
de piel contra otra piel.
Mojados.

Agua teñida
de sudor de salvajes
que no saben de errores,
ni de cárceles,
ni de besos
que queden encerrados.

Y jugamos a hacer
que nos amábamos,
para libar de los jugos prohibidos
de humedecidos labios,
descendiendo al infierno
sin rozarte la boca.

Y abrazarte los besos,
y escucharte el cansancio,
y penetrar tu cuerpo
de risas y de llantos.

Descansando el encuentro
asoma el aire,
amanecer furtivo
entre tus manos.

Tan tardante la luz,
tan claro luego el día
que sabe que estuvimos
enredados,
abrazados,
desnudos,
olvidados...

Bocas abiertas sin "peros"
ni descansos.
De piel a piel,
cartas de amor enlentecido
tuvimos que aprender
a cada paso.
Y tocar el infierno en los sentidos,
y en los besos tan locos, que abrasaron
las lunas apagadas que escogimos.

Para saber despacio...dos palabras:
ya no te miento, amor,
¡ ya te he querido !.